domingo, 15 de mayo de 2011

Midnight in Paris

Cuando Cenicienta vuelve a casa los artistas salen a la calle


El viernes me dejé pasar por el cine para ver Midnight in Paris el mismo día del estreno muy en plan fan, aunque nada que ver. Las críticas eran buenas, de hecho muy buenas. Se decía que era lo mejor de Woody Allen desde Match Point, aunque en mi opinión Si la cosa funciona le da mil vueltas a Match Point. La cuestión es que fui al cine con muchas ganas, esperando ver una gran película, casi una obra maestra. Y más teniendo en cuenta que era el film que abría la actual edición del siempre genial Festival de Cannes, hecho que me sorprendió en su día y que todavía me tiene confundida.



En la película encontramos rostros conocidos como Owen Wilson (Woody Allen en versión joven y no tirillas), Rachel McAdams (con un rubio poco favorecedor), Michael Sheen (genial en tono pedante), Marion Cotillard (que sigue sin gustarme), Carla Bruni (a secas) o Adrien Brody (sin duda de lo mejor de la película). ¿Qué más decir de ellos a parte de lo ya dicho? Las interpretaciones en general no son demasiado remarcables, exceptuando la de Adrien Brody y Michael Sheen. Nunca había visto un Dalí tan divertido e interesante como el interpretado por Brody, el momento que me sacó más risas. En cuanto a Sheen, muy apropiado haciendo el papel de chico/hombre pedante, aunque sobre pedantería hablaremos más adelante, la cuestión es que odiamos a Michael Sheen una vez más. Y muchos os preguntaréis, ¿y Owen Wilson qué? Pues sí, lo hizo bien, pero yo tuve la sensación de que Woody Allen se había metido dentro de él, de que él sólo estaba en cuerpo. Daba un poco de miedo. Así que como copia está muy bien, como personaje original ya es más complicado. Pero no podemos darle la culpa de esto a Owen Wilson, sino más bien a Allen por querer ser el protagonista de todas sus películas aún no actuando en ellas.



Bueno, y ahora vamos a hablar un poco de la película. Centremos en los primeros minutos. Vemos planos de París. Planos y planos. Llegó un momento en el que esperaba algo como: París te espera, ven a pasar las vacaciones a la capital francesa, o cualquier eslogan similar acompañado de una cara parisina conocida. Pero no, esos eran los primeros planos de Midnight in Paris. Planos, que sí, eran bonitos, pero creo que demasiado extensos, tanto en cantidad como en duración. Después de esto te puedes imaginar que la película es un homenaje a esta ciudad, ¡pero no! La protagonista del film no es París, ni mucho menos los franceses. Y es que hay que comentar que a parte de Carla Bruni como guía de museo, la vendedora de vinilos y cosas varias y algún camarero pocos personajes franceses aparecen en la película (sin tener en cuenta a algunos artistas). Por lo tanto podemos afirmar que la película no da demasiada importancia a la cultura francesa. Si no fuera porque París fue un punto de encuentro para los artistas en los años 20 esta película se podría haber rodado en cualquier otra ciudad. Por esto podemos de decir que Woody Allen utiliza París más por necesidad que por decisión.



A parte de lo comentado anteriormente, cabe destacar que la fotografía no es nada destacable, pero tampoco creo que el realizador tenga ninguna intención de que lo sea. Las películas de este director no suelen caracterizarse por su fotografía, por la composición de los planos, por los movimientos de cámara. Sí que se caracterizan en cambio por sus diálogos. Y es que los personajes prácticamente no dejan de hablar en los 100 minutos que dura la película. Eso sí, son diálogos en su mayoría ingeniosos (sólo faltaría que tuviéramos que estar escuchando estupideces durante más de una hora y media), aunque hay momentos en los que resulta un tanto claustrofóbico no poder disponer de algunos minutos de tregua, aunque esto quizá se debe a que actualmente veo películas en las que más bien escasean las palabras, hasta el extremo de Hierro 3.

El argumento de la película no es nada novedoso, de hecho toca los temas más comunes en Woody Allen, temas como la crisis de creatividad o el estar perdido que ya habían sido tratados en films como Desmontando a Harry. Qué curioso que a partir de ahora cuando busquemos películas sobre los viajes en el tiempo aparezca Woody Allen con su Midnight in Paris al lado de Regreso al Futuro (I, II y III) de Robert Zemeckis, El Planeta de los Simios de Tim Burton o Terminator de James Cameron. Interesante pack.

Por último, voy a regresar a un tema que he dejado pendiente al principio (hasta yo viajo en el tiempo ya). Y es que al iniciar esta especie de crítica he dicho que volvería a hablar de la pedantería. El momento ha llegado. Y es que, vale que Michael Sheen interpreta a un capullo pedante, pero ¿qué mayor ejercicio de pedantería que la película en todo su conjunto? Las apariciones de escritores, pintores, músicos, cineastas y artistas en todas sus variantes inundan los 100 minutos de metraje. Pasamos de Picasso a Hemingway, de Dalí a T.S.Eliot, de Buñuel a Matisse, de Scott Fitzgerald a Cocteau, incluso Coco Chanel.

Por lo tanto, recomiendo fervientemente esta película a cualquier profesor que quiera que sus alumnos adquieran un amplio conocimiento de los personajes más importantes de principios de siglo. Ahí queda dicho.


2 comentarios:

  1. La pedantería según el diccionario se resume en: Actitud del que presume de su sabiduría.
    Si nos centramos en esta definición convendremos que el personaje interpretado por Michael Sheen efectivamente resulta ser un pedante, ya que presume de sus conocimientos. Sin embargo discrepo en el hecho de considerar a Woody Allen pedante, ya que en ningún caso presume, sino que unicamente presenta unos personajes, que por coincidencia son ejemplos de la intelectualidad y el arte. Es decir, Woody Allen presenta en definitiva unos personajes que utiliza para crear su artefacto humorístico. En definitiva, el hecho de saber y utilizar personajes (intelectuales relacionados con el arte) no convierte al autor en pedante, ya que el pedante como definición es el que alardea de su saber, cosa que la película en mi opinión, no hace. ¡¡RINOCERONTE!!

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  2. Hola a todos, me llamo Ana y soy una apasionado del cine y las buenas historias… Hace poco me vi Midnight in Paris, la historia es y con París de fondo vista por Woody Allen es una gozada, el personaje de Gil es genial como “mimetiza” a Allen con sus gestos, voz, movimientos, realmente la actuación de Owen me pareció buena.. pero es verdad que se queda en momentos flojito el guión. Saludos

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